14/8/08

Resumen de la evolución política en Roma.


En la brecha de nuevo!!!
Esta vez os pongo un brevísimo resumen de los hechos socio-políticos más importantes, respecto al vivo. No es exhaustivo pero creo que tiene lo mínimo para comprender al difícil época que os toca jugar. Os repito lo de siempre, si queréis cualquier cosa o rectificación, pedidla.
Ave atque vale.
P.


EVOLUCIÓN POLÍTICA DE ROMA:

-Inicios políticos de Roma:

Roma fue una Monarquía hasta el 509 A.C. Un antecesor de Bruto asesinó al último rey, que fue un tirano. Los romanos tomaron una conciencia de importancia máxima, al haberse desecho de sus propios reyes y ser capaces de gobernarse ellos mismos. Repartieron los poderes del rey entre varios cargos, para que jamás se volviera a acumular en unas solas manos todo el poder del Estado.

-República:

Tras ello, se impuso la República, con un gobierno elegido de forma anual con dos magistrados que devendrían en Cónsules en el 450 A.C., convirtiéndose en el principal cargo del gobierno republicano.

Por los años 302 ó 304 A.C., Roma, tras haber enviado a Grecia a diputados, encargados de tomar una copia de las Leyes de Atenas y otras ciudades, publicaron la Ley de las Doce Tablas (lex duodecim tabularum o duodecim tabularum leges) que en el año 306, fueron esculpidas en bronce y públicamente fijadas en el Foro, junto a la tribuna de oradores y frente a la Curia Hostilia, la sede del Senado.


-Los hermanos Graco (Gracchi): En el siglo II A.C., los hermanos Graco fueron dos políticos populistas y tribunos de la plebe, que intentaron reformar con varias leyes (agraria, frumentaria y judicial entre otras), ciertas injusticias sociales. También dieron trabajo a las clases más pobres construyendo y reparando vías. Pero la oposición de los patricios, aliados con otro tribuno de la plebe, les hizo perder los cargos y se rebelaron violentamente. Ello hizo que el Senado decretara por primera vez un senatus consultum ultimum, que otorgaba poderes extraordinarios a los cónsules (Quinto Fabio Máximo y Lucio Opimio) para contener los disturbios y restablecer el orden. Flaco y Graco fueron declarados enemigos de la República: el primero murió junto con sus hijos y el segundo huyó con su esclavo Filócrates, al cual ordenó que le matara.

Esta ley sentaría importante precedente, pues cada vez que alguien “amenazaba” la integridad de la república, se le recordaba la posibilidad de apelar a este decreto.

-Enfrentamientos entre Optimates de Sila y Populares de Mario:

Debido a un triunfo sobre los Númidas en el 101 A.C., que hostigaban a los romanos sin cesar, Sila, un noble de segunda clase de los Cornelios, tomó renombre, a costa de su superior y cuñado, Cayo Mario. Las rencillas entre ambos fueron cada vez más graves, llegándose a juzgar a Sila por corrupción. Sólo se retrasó el conflicto entre ambos debido a la Guerra social del año 91, donde Roma y sus aliados itálicos se enfrentaron, debido al trato injusto de la capital para con sus territorios. Un triunfo en esta guerra proporcionó en el 88 el consulado a Sila, junto a Rufo.

Pero todo esto se reduce a un enfrentamiento ancestral entre las dos principales clases política romanas: Los Optimates de Sila y los Populares de Mario y Cinna.

Al final, Sila enardeció a sus tropas y tomaron Roma para oponerse a Mario y hubo un golpe de Estado. Mario se refugió en la ciudad. Tras un breve asedio, Sila franqueó las murallas de Roma, entrando en la Urbe al frente de su ejército, cometiendo así una terrible falta religiosa: la violación del pomerium. Sólo la plebe urbana del Esquilino hostigó a las tropas silanas con piedras y tejas desde las azoteas. Sila eliminó esta pintoresca resistencia por el expeditivo recurso de mandar incendiar las casas. Sila actuaba oficialmente en defensa de la legalidad vigente, pretendiendo apuntalar la declinante res publica mediante la restauración del régimen senatorial, lo prueba su posterior línea de reformas. Pero, paradójicamente, estuvo obligado por las circunstancias a apoyar su vigencia en las mismas causas que precipitaban su destrucción.

Mario se vengó en el sangriento verano del 87, pues aprovechó la marcha de Sila a la campaña contra Grecia y miles de cabezas de Optimates y nobles fueron expuestas en el Foro.


-1ª Guerra civil de Roma:

En el año 83, se puede decir que se inicia la 1ª guerra civil, como respuesta a las hostilidades de Mario y Cinna. Ganaron los Optimates de Sila, con la victoria definitiva de Porta Collina, a las puertas de Roma en el año 82, con la captura de 12.000 populares, que fueron recluidos en el Campo Marcio. 3.000 de ellos fueron ejecutados.


-Dictadura de Sila: (aprox 81-79 A.C.)

Tras la Guerra, Sila se amparó en una pseudo legalidad: La Lex romana contemplaba la posibilidad de elegir a un dictador durante 6 meses en épocas de grandes penurias. Sila se “ofreció” para ese puesto, pero por un plazo de tiempo no determinado, tan largo como fuera necesario, para restaurar el orden gubernamental destruido por la guerra civil. El actual gobernante de la ciudad (Flaco) propuso al pueblo, en consecuencia, la lex Valeria de Sulla dictatore (diciembre del 82 adC), para nombrar a Sila dictator legibus scribundis et rei publicae constituendae, es decir, dictador para la promulgación de leyes y para la organización del Estado. Los comicios centuriados aprobaron la ley, y el Senado la ratificó. Así, Sila siempre diría a sus oponentes, que fue elegido legalmente por el pueblo romano.

Aunque sólo fuera en la forma y, especialmente, por las intenciones de la restauración de la legalidad republicana, era preciso respetar las instituciones tradicionales. Por ello, poco después de investir la dictadura, y prescindiendo de la prerrogativa que le autorizaba a designar los cónsules, Sila convocó a los comicios centuriados para su elección. Por supuesto, el resultado dio la victoria a los candidatos de Sila.

Sólo entonces celebró su impresionante triunfo por la victoria sobre Mitrídates, que duró dos días completos, el 29 y el 30 de enero del 81. Votado y financiado por el Senado, fue el más fastuoso que conociera la Ciudad hasta entonces.

-Proscripciones de Sila:

La lex Cornelia de proscriptione, fue una ley con carácter retroactivo que permitía la ejecución sumaria y el asesinato impune de cualquier romano o itálico sospechoso de haber colaborado con el regnum cinnanum. La ley precisaba las condiciones de confiscación y venta en pública subasta de los bienes de los proscritos, así como los tratamientos reservados a sus descendientes, que perdían el derecho de residencia y la ciudadanía romana, no pudiendo así acceder a cualquier cargo público. 350 millones de sestercios fueron confiscados por Sila y sus aliados, dejando la urbe rota y pobre, con todo el dinero y poder concentrado en pocas manos.

Uno de los proscritos más relevantes a posteriori, fue Julio César, que huyó tras renunciar a divorciarse de su esposa, hija de Cinna, consiguió escapar de las garras de Sila, pagando a los soldados que lo capturaron, el precio de su cabeza (dos talentos de oro, unos 66 Kg). Sólo tras la intercesión de varios nobles de alcurnia e incluso de las vírgenes vestales, permitió la permutación de la pena de muerte. Pero Sila jamás confió en él.

-Nueva ordenación provincial:

Por medio de una lex Cornelia de provinciis ordinandis, Sila intentó proteger al Senado de la formación de facciones de poder duraderas en las provincias y de la amenaza de ejércitos provinciales (tal y como había hecho él mismo). Roma pasaba a tener diez provincias: Sicilia, Córcega y Cerdeña, Galia Cisalpina, Galia Transalpina, Hispania Citerior, Hispania Ulterior, Iliria, Macedonia, Acaya y Asia (además de Cilicia, que no sería constituida como provincia hasta el 63 adC). Estas provincias serían gobernadas por los dos cónsules y los ocho pretores al final de sus mandatos en Roma.

-Reforma legislativa:

Sila perfeccionó el proceso penal, compilando un auténtico código jurídico y puso las bases para las posteriores legislaciones de César y Augusto. Recortó enormemente los derechos de los tribunos de la plebe, que jamás se lo perdonaron.

También redactó algunas leyes sobre aspectos menores de la constitución romana, siendo las más relevantes:

  • La lex Cornelia de sacerdotiis derogaba la lex Domitia del año 104 adC, que establecía la elección en los comicios centuriados del pontifex maximus. El número de pontífices y augures pasó a ser de quince miembros, al igual que el de los decemviri sacris faciundis, ahora quindecemviri. Se restauraron varios templos, incluido el templo de Júpiter Máximo, incendiado en el 82 adC y se ofrecieron suntuosas fiestas públicas que, sin perder su carácter religioso, obedecían más bien a estrategias populistas.
  • La lex Cornelia sumptuaria, que, a imitación de la legislación precedente, intentaba poner límite al lujo de los banquetes y ceremonias públicas.
  • Una nueva lex frumentaria, que abolía los repartos de trigo subvencionado por el Estado, que venían produciéndose desde tiempos de Cayo Graco. Éstos se habían convertido en un gasto muy oneroso para el erario público y en instrumento para el populismo y la compra de votos. Nadie de las clases medias y bajas perdonó nunca a Sila que dejara de repartir trigo gratuitamente.
  • La lex Cornelia de novorum civium et libertinorum suffragiis manumitía a 10.000 esclavos, que adoptaron el nombre Cornelio, y los repartía entre las 35 tribus, concediéndoles la plena ciudadanía. Estos nuevos ciudadanos actuaron como una guardia pretoriana al servicio del dictador.

Por último, amplió el pomerium (cosa que no se hacía desde tiempos del rey Servio Tulio) y dio una nueva escala a los monumentos, con lo que comenzó la gran arquitectura urbana romana.

-Abdicación de Sila:

Entre el año 80 y 79, Sila renunció a todos sus cargos, convirtiéndose en un privatus (clase no política). Nunca se supo a ciencia cierta porqué, pero volvió a su vida de fiestas y descontrol de la juventud. Tal vez influyó algo su carácter veleidoso y las puyas del joven Cicerón, que gracias al juicio por parricidio contra Roscio Amerino, que había sido acusado por uno de los libertos del dictador, minó su escasa credibilidad y honor. Así comenzó la carrera como abogado de Cicerón, pues enfrentarse al poderoso Sila no era nada fácil.

-Muerte de Sila: 78 A.C

Sila era conocido por su gran suerte (algunos lo ligaban supersticiosamente a su pelo rojo), que le sonrió toda su vida, pero al final le llegó la hora de morir, como a un mortal más. Retorcido entre dolores intestinales, se cree que un terrible cáncer acabó con su vida. Él, que se hizo dar oficialmente el nombre de Felix (elegido de la Fortuna), vio como se le terminaba la suerte.

-Retorno de César a la vida pública de Roma:

Después de la muerte de Sila en el 78 adC, César regresó a Roma e inició una carrera como abogado en el Foro romano, dándose a conocer por su brillante oratoria. Su primer caso fue dirigido contra Cneo Cornelio Dolabela, quien era un protegido de Sila y que en el 81 había sido elegido cónsul y después al año siguiente, procónsul en Macedonia, y donde, al parecer, había malversado los fondos de Estado. Dolabela al enterarse del proceso en su contra contrató para su defensa al ilustre abogado de la época Quinto Hortensio (llamado "El Bailarín") y al eminente Aurelio Cotta, pero a pesar de estos formidables enemigos, César mostró su calidad de orador, que aunque no le sirvió para ganar la causa, sí le procuró la fama que buscaba.

-La conspiración de Catilina:

Lucio Sergio Catilina, un noble patricio que fue partidario de Sila, estaba liderando una rebelión dentro de Roma, con el propósito de convertirse en rey. Los senadores Cicerón (especialmente en sus discursos, llamados Catilinarias,) y Catón aniquilaron el peligro y persiguieron a todos los hombres involucrados, sentenciándoles a muerte (pena muy inusual para un ciudadano romano). En el debate público al respecto, Julio César convino en que los conspiradores eran culpables, oponiéndose a un juicio público para ellos; a pesar de esto, César abogó por una sentencia al exilio de por vida para los conspiradores, mientras sus camaradas aun estuvieran alzados en armas. Sólo César se levantó, para pedir que conmutaran la pena de muerte por el destierro (que era la sentencia habitual, pues la pena de muerte llegaba sólo en casos extremos) y por ello, tuvo que soportar el ser también acusado de conspirar, aunque pronto se vio que era ridículo.

De esta polémica datan las diferencias políticas y personales entre Catón y César. En un encuentro en el Senado dedicado al asunto Catilina, Catón reprochó ásperamente a César por leer sus mensajes personales mientras el Senado estaba en una sesión discutiendo este asunto tan crucial. Catón acusó a César de estar involucrado en la conspiración, sugiriendo que trabajaba en favor de Catilina, lo que explicaría los motivos de César para pedir que no se hiciera juicio público a los conspiradores y que se les mostrara clemencia. César replicó que únicamente leía una carta de amor. Sin creerse una excusa tan pueril, Catón tomó el papel de sus manos y lo leyó. Desafortunadamente para él, César tenía razón; era ciertamente una carta de amor de su amante Servilia Caepionis, la hermanastra de Catón. Esto se convirtió rápidamente en un pequeño escándalo personal. Servilia hubo de divorciarse de su marido y los senadores romanos empezaron a preocuparse por la imagen pública de sus casas. Mientras, César se hacía famoso, por parecer que se acostaba con las mujeres de sus enemigos políticos. Algunos pensaban que la misma mujer de Catón, Atilia, fue una de las conquistas de César, aunque esto no pasó de ser una especulación.

Otra versión, apoya a Catilina como un héroe del pueblo (perteneciente a los Populares, a pesar de ser noble y amigo de Sila), pero pocos son ya los que opinan esto en Roma, debido al fracaso del rebelde y sus aliados.

El resultado final es que Catilina fue declarado “hostis”, huyó con sus tropas a la Galia y allí, fue derrotado por Antonio.

La Conjuración de Catilina estableció un nuevo precedente en Roma: los optimates podían hacer lo que les viniera en gana, incluso acusar a un adversario político para asesinarlo sin enjuiciamiento y quitarlo de en medio. Hartos de aquella situación, César, Craso y Pompeyo se unieron para reformar el sistema desde dentro. Este Primer Triunvirato posibilitó el triunfo de César como reformador.

-Primer triunvirato: (Del 60 al 53 A.C.)

El Primer Triunvirato es el nombre dado por los historiadores a la alianza política no oficial que formaron Cneo Pompeyo Magno, Cayo Julio César y Marco Licinio Craso.

Siendo cónsules en el 70 a. C., el caudillo Pompeyo y el general Craso abolieron la constitución aristocrática del dictador Lucio Cornelio Sila. Pompeyo había ganado fama por combatir a los piratas en el Mediterráneo, al igual que a unos insurrectos en el Asia Menor. Por su parte, Craso, que combatió la insurrección de los esclavos dirigida por Espartaco conocida como Tercera Guerra Servil, tenía especial interés en acabar con ésta, ya que su principal fuente de ingresos era la trata de esclavos. Craso y Pompeyo regresaron triunfantes a Roma y se unieron a Cayo Julio César, que en aquel momento no tenía tanto poder como los primeros, por lo que se ofreció a comportarse como la parte reconciliadora, pues Craso y Pompeyo eran rivales y hasta ese momento, nada hubiera hecho pensar que colaborasen juntos.

La alianza secreta entre estos tres generales fue descubierta cuando la Ley Agraria de Julio César fue bloqueada por el Senado romano, y Craso y Pompeyo, tuvieron que utilizar su influencia públicamente para lograr su aprobación. Después, los triunviros lograron hacer que Publio Clodio Pulcro fuera electo Tribuno del Pueblo, neutralizando el poder que los conservadores Marco Porcio Catón (Catón el Joven) y Marco Tulio Cicerón tenían en el Senado.

-Reformas de César y las Leyes Julias:

En el año 59 A.C. César fue elegido cónsul senior (primer cónsul) con Bíbulo, líder optimate que odiaba a César más que a la peste negra, como colega junior para ejercer el consulado durante el año 60 aC.

Durante su consulado César inició una serie de reformas verdaderamente revolucionarias destinadas a agilizar el aparato administrativo y judicial romano y a acercar el gobierno de Roma a ese pueblo olvidado por los optimates, ese pueblo cuyo trabajo, esfuerzo y sacrificio había hecho de Roma lo que era, para que los optimates se repartieran los beneficios. Las líneas maestras de su consulado fueron una serie de leyes conocidas genéricamente como las Leyes Julias que ordenaban cosas como el reparto de tierras públicas a los necesitados o el ordenamiento de las funciones de los gobernadores provinciales, para evitar que esquilmaran sus provincias.

Los senadores optimates no veían más que una maniobra electoral de César en estas leyes, que pretendía ganarse a la plebe y ponerla de su lado.

1.-Transparencia de gobierno. Su primera medida fue crear el primer boletín oficial del estado de la Historia, un tablón de anuncios expuesto de manera permanente en el Foro de Roma, donde cada día se pondrían las actas del Senado, con lo que todos los ciudadanos tendrían acceso a lo que se trataba en las reuniones.

2.-Persecución de los abusos de los gobernadores en las provincias. Los gobernadores provinciales eran senadores que solían llegar a la provincia para ocupar una propretura o un proconsulado. Disponían de un año para su gobierno y solían ocuparlo sisando y abusando, exprimiendo su provincia hasta que crujían las pepitas. César presentó al Senado su lex Iulia de repentundis que legislaba ¡por fin! contra estos abusos. La nueva ley impedía que los magistrados en ejercicio pudieran recibir "donaciones" por un valor superior a los 10.000 sestercios, además, la cantidad de impuestos a exigir a la provincia debía debatirse en el Senado y ser expuesta tanto en Roma como en la provincia, para evitar "malentendidos" y si se producía algún abuso las víctimas quedaban facultadas para emprender un proceso judicial en Roma de manera automática. Si el acusado resultaba condenado, debería pagar el cuádruple del valor de lo robado y además sería expulsado del Senado.

3.-Reparto de tierras a los necesitados. Muchos ciudadanos romanos vivían del subsidio del estado, porque no tenían medios de subsistencia. César fue el inventor de eso de "no le des un pez al hambriento, enséñale a pescar". Su lex Iulia agraria parceló las inmensas propiedades del estado romano, además de en Italia en las provincias de España, Sicilia, Macedonia, Acaya, Cirenaica y África para asentar en ellas a los necesitados. César tuvo buen cuidado de no incluir el agger campanus, la Campania italiana, en la que los optimates tenían sus grandes explotaciones agrícolas. El Senado se opuso a la ley pero el Pueblo Romano, harto de tanta intransigencia, hizo saber cuál era su voluntad manifestándose por toda Roma y los senadores, acobardados, decidieron votar la ley agraria. Sin embargo, un mes más tarde, César trató de introducir también el agger campanus, a lo que el Senado se opuso, con Catón a la cabeza. Marco Porcio Catón se levantó de su escaño y se puso a hablar. En el Senado no había tiempo asignado a cada orador, por lo que cada uno podía hablar hasta que quisiera, y la táctica de Catón era la de hablar, hasta que se cerrara la sesión al anochecer para impedir la votación, pero César, harto, le expulsó del Senado. Los senadores votaron y la ley fue enviada a la Asamblea para su ratificación, entonces apareció de nuevo Catón que quiso repetir lo del día anterior, pero también fue expulsado y cuando el cónsul junior Bíbulo trató de oponerse a que la ley fuera votada, la gente no pudo aguantarse por más tiempo y le echaron a patadas de la tribuna, vaciándole encima un cubo de desperdicios. La ley agraria era una auténtica obra maestra de la política, la obra maestra de César. El estado repartía los lotes de tierra a los pobres y a los veteranos de las guerras que nada tenían, las tierras no podían ser vendidas a particulares en un plazo de veinte años, lo que aseguraba que nadie haría negocio con ellas. Para regular el reparto se designó una comisión de veinte miembros del Senado que estarían tan ocupados vigilándose unos a otros, que no podrían ponerse de acuerdo para un fraude.

Derrotado, El cónsul junior Bíbulo se retiró entonces a su casa a contemplar el cielo en busca de presagios, para tratar de obstaculizar la legislación de César por medio de esta argucia religiosa. Los romanos llamaban sus años por sus cónsules, así el año 60 aC para nosotros, era para ellos el año de César y Bíbulo. Pero el pueblo, siempre proclive al chiste, comenzó a nombrar aquel año como "el año de Julio y César".

4.-Regulación de actividades económicas. César trató de conseguir un equilibrio entre los poderes actuantes en la economía romana, rebajando las tasas de las sociedades de los publicanos (recaudadores de impuestos en provincias). El cobro de los impuestos en las provincias, estaba en manos de concesiones estatales otorgadas a los miembros del orden ecuestre, los caballeros. Al rebajar las tasas, César no sólo favoreció a los caballeros si no que consiguió agilizar el cobro, y el efecto final de esta medida fue el abaratamiento general de los impuestos.

Estas reformas revolucionarias iban dirigidas al núcleo del sistema, pero aún quedaban asuntos de mucha importancia, que también fueron abordados por los nuevos cónsules Gabinio y Pisón, bajo inspiración de César. Fue tan grande al apoyo popular a las reformas, que los nuevos cónsules elegidos fueron ambos del círculo de César, sin ningún optimate que obstaculizara las reformas pendientes.

5.-Retorno a la legalidad constitucional. El peligroso precedente creado por el asesinato de los acusados durante la Conjuración de Catilina, debía ser remediado. César y los populares, consiguieron que un noble, Clodio, fuera adoptado por un plebeyo para perder sus derechos de sangre y poder ser elegido tribuno de la plebe, gracias a lo cual Clodio pudo aprobar una ley que deniega fuego y agua, a cualquiera que hubiera procurado la ejecución de ciudadanos sin juicio. A pesar de que Cicerón no fue nombrado, era claramente el objetivo, y siguiendo el consejo de Hortensio, se anticipó a la condena saliendo de roma (y auto exiliándose).

César tuvo con él la piedad que él no había tenido con los cinco acusados. Como César no era un hombre cruel, en 57 aC Cicerón pudo regresar a Roma, pues no se opuso a la petición de que el Senador optimate volviera a Roma, realizada por un tribuno de la plebe, cliente de Cicerón.

En enero-febrero del 58, Clodio (y en general los populares, porque habla antes de la relación que tuvo con césar y de su ascenso a tribuno de la plebe) consigue pasar por el senado y aprobar una ley: 6.-Democratización de las asambleas. Con el paso de los siglos las asambleas romanas donde el pueblo participaba, habían quedado reducidas a una mera figura decorativa. César repartió a los libertos (esclavos que obtenían su libertad y se convertían en ciudadanos romanos) entre las tribus rústicas, con lo que consiguió equilibrar la balanza frente a las tribus urbanas, donde campaban a sus anchas los optimates.
7.-Reparto de trigo gratuito a los necesitados. El estado romano aseguraba la manutención de los ciudadanos sin posibilidades, vendiéndoles trigo a bajo precio. Era un viejo derecho de la plebe que los optimates habían utilizado, para enriquecerse especulando con el precio del trigo. Con el reparto gratuito del trigo ya no hubo posibilidad de especulación.

Todas estas reformas airearon el viejo sistema republicano romano, pero aún quedaban capítulos importantísimos, que César dejó para después de terminado su mandato proconsular en las Galias. Los optimates, sabedores de que César conseguiría ser elegido de nuevo cónsul para finalizar sus reformas, le presionaron con la esperanza de aniquilarle. Los optimates veían peligrar la república, por la tremenda acumulación de poder en las manos de un solo hombre, cosa que iba contra el sistema de autogobierno, que venía desde los tiempos de los reyes de Roma, cuando se separó el poder (legislativo, ejecutivo , militar, político, judicial, económico, etc.) entre varias manos, precisamente para que nadie volviese a acaparar junto tanto potencial.

-Último periodo pre-partida:

Con las conquistas orientales de Pompeyo y las Galias de César, los dominios de Roma se hicieron tan extensos, que pronto fueron difícilmente gobernables por un Senado, incapaz de moverse de la capital ni de tomar decisiones con rapidez. Asimismo, un ejército creciente, reveló la importancia que tenía poseer la autoridad sobre las tropas, de cara a obtener réditos políticos. Así fue como surgieron personajes ambiciosos cuyo objetivo principal fue el poder.

La tensión está servida.