28/4/10

GRANDES MOMENTOS EN LA VIDA PERSONAL DE LOS ROMANOS


GRANDES MOMENTOS EN LA VIDA PERSONAL DE LOS ROMANOS:

1.- “Dies lustricus”: En el noveno día de vida y nunca antes, el recién nacido era protagonista de una ceremonia de purificación, llamada “dies lustricus”, que consistía en su reconocimiento público por parte del pater familias. El padre del niño alzaba al pequeño en el aire “tollere filium” y le llamaba por primera vez por su nombre (“praenomen”, si era varón o por el “gentilicium” o “nomen gentile” si era mujer), en una especie de “bautismo”, tras realizar una ofrenda a los dioses lares de su gens. Le imponen la bula de oro, un amuleto que protegerá toda la infancia al niño (imagen adjunta).

Cada hombre de Roma obtenía (sortitur) su propio genio al nacer, a quien adoraba como sanctus et sanctissimus deus, especialmente el día de su cumpleaños, con libaciones de vino, incienso y guirnaldas de flores

2.-Inicio de la educación formal: No se empezaba a estudiar hasta los 8 años aproximadamente y se hacía en el hogar, con diversos tutores. Los patricios y adinerados, solían complementar dicho aprendizaje con un viaje a Grecia, en su juventud.

3.-Investidura con la “toga virilis”: A los 16 años, los ciudadanos romanos abandonaban la bula de oro infantil y vestían por primera vez la toga, llamada virilis (recordemos que hablamos sólo de hombres). Se realizaba una pomposa ceremonia con familiares, amigos y clientes en procesión hasta el Foro y se realizaban ofrendas en el sacrarium. Era el momento de inscribirse en el censo de ciudadanos.

Los jóvenes, dejaban formalmente de jugar con nueces (nuces o nucibus), pues era considerado infantil. Aunque a veces seguían haciéndolo a escondidas o con excusas, como jugar con sus hermanos pequeños. Por ello, a la salida de la infancia se la llamaba también nucibus relictis.

4.-Ceremonia de compromiso matrimonial:

Era una reunión con la participación de las dos familias implicadas, previamente puestas ya de acuerdo, donde el novio ponía a la futura esposa un anillo simbólico, que representaba la promesa de matrimonio, habitualmente por la ceremonia confarreatio.

El lecho nupcial era consagrado al genio de cada romano, a causa de su relación con la engendración, y la propia cama era llamada lectus genialis.

Las mujeres consagraban sus muñecas a Lares y Penates, la víspera de la boda. El esposo les entregaba un anillo. Imagen en bajorrelieve infra.

En las bodas se repartían nueces a los niños, a semejanza de los caramelos en los bautizos.

5.-Inicio del Cursus honorum: Nunca antes de los 21, se iniciaba la carrera política del ciudadano romano. También era preciso una determinada clase social y un montante económico. Grandes hombres como Julio César se endeudaron para poder conseguir entrar en política, aunque recuperaban el dinero si hacían grandes campañas militares o gobernaban en provincias con una administración, que vampirizaba a los pobres ciudadanos.

6.-Celebración de los días del nacimiento: Equivalente al cumpleaños.

7.-Los funerales (lo ampliaré en el siguiente artículo “Morir en Roma”):

Una de las ilusiones de un hombre cuando era nombrado Cónsul, era que su legado pasara a sus hijos y que éstos pudieran lucir el Ius Imaginum en los funerales de la familia y una máscara (realizada en cera) les perpetuara hasta lo infinito.

El Imaginum era un papel donde se describía al difunto, su forma de moverse, hablar, sus muletillas y cualquier elemento que permitiera a los mimos contratados en los funerales, a imitarlos a la perfección. Era algo que sólo se hacía con los Consulares.