9/4/11

Cátulo el poeta y su musa Clodia.


Hoy pondré un artículo más suave, para que todo no sean tochazos:

Conocí a este insigne poeta latino, a través de un libro que nada tiene que ver con el vivo, aunque lo leía como ambientación para jugar un vivo que discurría en la Venecia medieval, en un baile de máscaras. (Os lo comento porque igual algún día os hago un remake.)

Se trata la novela histórica de Michelle Lovric “El libro flotante”.

En él se narra un paralelismo entre los amores de Cátulo y los de los protagonistas, unos venecianos del S.XV, enredados en una trama romántica, que enmarca la verdadera historia: El poder de los libros, en una especie de vuelta de tuerca del nombre de la rosa.

Cayo Valerio Cátulo fue un poeta, nacido en una familia influyente de Verona alrededor del 87 AC. Su padre fue amigo de Julio César, pero Cátulo no apreciaba demasiado el estilo seco del general. Pronto entró en el círculo de poetas neotéricos o poetae novi, que se caracterizaron por el deseo de cultivar una lírica refinada y concisa, con acabados perfectos y valedores de la poesía griega de Calímaco o de autores griegos arcaicos, como Safo o Anacreonte. También fue amigo de eruditos como Varrón o Nepote.

En el 57 acompañó a su amigo Mamnio, propretor de Bitinia, a dicha provincia, de la que escribió algún poema, como el Carmen XXXI.

Pero sobre todo, pasó a la posteridad por una relación tempestuosa con la famosa patricia Clodia.

Clodia fue una mujer muy especial. A pesar de nacer patricia de la familia de más renombre en Roma, los Claudios, se cambió el nombre junto a su hermano pronunciando Clodia (y Clodio) a la manera plebeya. Hacía gala de su belleza y eso se sumaba a su educación en filosofía, griego y poesía. Tras varios matrimonios, quedó viuda y tuvo varios sonados romances. Celio, amigo de Cátulo y protegido de Cicerón, fue uno de ellos, acusado de intentar asesinarla, fue defendido por su antiguo tutor.

A Celio:

Caelius, nuestra Lesbia, esa Lesbia,

la misma Lesbia que Catulo amaba

más que a si mismo y a todos los suyos,

ahora en las cuatro esquinas y los callejones,

avergüenza a los descendientes del noble Remo.

Y en sus redes cayó Cátulo, quien inmortalizó su mal de amores, en diferentes cármenes o poemas líricos. Se cree que se refería a ella como la Lesbia de sus poemas por dos causas: Los dos apreciaban las poesías de Safo de Lesbos y la métrica de la palabra Lesbia es la misma que la de la palabra Clodia. Esta práctica de sustituir nombres reales por unos con idéntico valor métrico, era usual en la poesía latina de la época.

Era una mujer tan arrebatadora que intentó incluso seducir a personas como Cicerón. Otros vicios de la que le acusaban eran beber vino y tener relaciones con su propio hermano Clodio, jefe de una de las bandas más peligrosa de los años 60 y enemigo de Cicerón.

Cuando se hartó de Cátulo, éste escribió parte de sus mejores poemas y la apodó La Medea del Palatino pero cuando se volvían a reconciliar, renacía la pasión.

CARMEN CVII: Reconciliación.

Nada iguala la felicidad de un mortal que un acontecimiento inesperado

que satisface sus deseos y esperanzas. Tú que para mi amor eres más

preciosa que el oro en polvo, y a mi regresas, oh Lesbia, objeto de mis deseos.

Regresas a mi, deseoso, cuando menos te esperaba.

Oh dia luminoso!

Existe mortal alguno mas feliz que yo? Oh, quien podrá decir que su vida

es más deseable que la mía?

Quizá debió de aplicarse el refrán romano, que se usa traducido tal cual al castellano: Qui benet amat, bene castigat: quien bien te quiere, te hará llorar.

Uno de los cármenes más bellos y simples me parece éste:

CARMEN LXXXV

Odio y amo. Por qué lo hago me preguntas tal vez.

No sé (pero siento cómo se hace y me torturo).

Carmen DXX: Fijémonos en la sátira y ácida pero tristemente desgarradora ironía de este verso.

Mi mujer dice que desea casarse con ninguno excepto conmigo,

incluso si Júpiter mismo se lo ofreciera.

Eso dice, pero lo que la mujer dice al amante deseoso

en el viento y la rápida agua conviene escribir.

Dejó 116 poemas y 3 fragmentos de valor e inspiración diversa en distintos metros, predominando los dísticos elegiacos y los endecasílabos. Hay poemas de un acabado perfectamente alejandrino, casi siempre de tema mitológico, como Las bodas de Tetis y Peleo o la traducción de Calímaco La cabellera de Berenice, pero destacan especialmente sus ácidos epigramas, donde ataca sobre todo la ordinariez y el mal gusto, y sus epitalamios, fuera de sus ya tan ponderadas elegías amorosas, los poemas dedicados a sus amigos, a su hermano fallecido o a su barca.

Os pongo unos cuantos un poco ordinarios, tan típicos del gusto de la plebe romana:

En el primer consulado de Pompeya, Cinna,

Macilia tuvo dos amantes:

con él hecho consul otra vez, mil nuevos rivales ahora hay,

su semen prolifica el adulterio.

Méntula posee cerca de treinta acres de pastos

Cuarenta de campos, el resto es pantanoso.

Porqué no habrá de exceder él a Craso en riquezas

si posee tal extensión de tierras,

pastos, campos, vastos bosques y lagos,

que llegan hasta los Hiperboreos y el mar Oceano?

Todo esto es grande, pero él es el más grande de todos,

no un hombre, sino en verdad, una gran verga parada.

Habrá algo de cierto en los rumores

que susurran que te tragas los crecidos miembros

entre las piernas de los hombres?

Cierto lo es: gritan los huevos reventados del pobre Víctor

y tus labios manchados con la leche que ordeñaste.

Si a alguien le ofende el olor a sobaco,

o si el mal de la gota merecidamente atormenta,

tu rival, que mantiene a tu amada ocupada

es descubierto por ti que esta maravillosamente enfermo con ambos.

Ahora, cada vez que se la culea, te desquitas de ambos:

a ella le agobia el tufo, a él lo arruina la gota.

La originalidad de Catulo consiste en haber sido el primero en haber iniciado la elegía romana con sus rasgos específicos de subjetividad, autobiografismo e intimidad, menos presentes en sus colegas griegos. Influenció a literatos tan grandes como Ovidio, Horacio y Virgilio. Pero su influencia ha sido grande: Venerado en el medievo y hasta hoy día. Carl Orff, músico alemán, que puso música a algunos de los versos encontrados en la abadía de Bura Sancti Benedicti (Carmina Burana), también puso música a los Catulli Carmina, añadiendo un prólogo y un epílogo, de su propia creación. Es la segunda parte del tríptico musical Trionfi al cual pertenecen el famosísimo "Carmina Burana" y "El Triunfo de Afrodita".

Se cree que murió hace unos 4 años, pero su muerte (o no), aún sigue siendo un misterio.

Aufilena, buenas amigas son siempre elogiadas:

Reciben su precio por lo que se proponen a hacer.

Hiciste mal, porque me prometiste,

porque me mentiste, desvergonzada mujer,

porque no me diste a pesar de haber recibido.

Es apropiado como mujer libre cumplir,

o era apropiado como mujer casta

no haber prometido, Aufilena,

pero aceptar dádivas y despues negarse,

muestra una mujer mas voráz que una ramera

que se prostituye a ella misma con todo su cuerpo.

Ave, Cátulo. Tus poemas te harán inmortal.

1 comentario:

Maara (Cornelia) dijo...

Lo de Cátulo y Clodia fue, como diría Lady Gaga, un "bad romance"... eso es un culebrón y me río yo de los de telecinco.

¿No os parece curioso como poco que, pese a tantos años de diferencia, nos preocupen, padezcamos y riamos por cosas similares?.