Roma desde sus orígenes se desarrolla y consolida como poder militar, pero su aportación a la música no constituye una verdadera revolución. Y es que aunque Roma conquistó militarmente a Grecia, la cultura griega influenció al nuevo imperio surgido de la península Itálica. Los romanos se limitaron pragmáticamente, a adoptar y actualizar a sus necesidades y costumbres, las tradiciones musicales de Grecia, del mismo modo que hicieron con el arte y la filosofía.
A lo largo del tiempo el Imperio Romano a través de la asimilación de los pueblos conquistados, como los sirios, egipcios o alejandrinos, asimilaba sus usos, instrumentos, costumbres y bases musicales adaptándolos hacia fines rituales, guerreros, épicos e incluso hacia el disfrute sexual.
Para los romanos el arte y la música se dirigían principalmente hacia lo pragmático y sensual, dedicando grandes esfuerzos para que las manifestaciones artísticas fueran deslumbrantes por su tamaño, magnificencia y esplendor, ya que su finalidad era la exaltación del goce de los sentidos y de la vida. Esto explica el por qué, todas las costumbres y danzas de los pueblos conquistados por los romanos, causaron en ellos gran conmoción y atractivo, gracias a su visión hedonística del arte. Un ejemplo son las danzarinas gaditanas de Hispania que se caracterizaban por sus movimientos considerados lascivos. Estas costumbres de los pueblos conquistados fueron relevantes fuentes de innovación para los romanos.
Las celebraciones musicales fueron de gran importancia en la Antigua Roma. Generalmente, se daban grandes fiestas a las que acudían numerosos músicos y coros que hacían las delicias de los oyentes con sus melodías y sus cantos. Los Ioculatores y acróbatas romanos divertían con sus Iocus (juegos acrobáticos y musicales), actuando en las calles de las urbes acompañados por músicos que tocaban Tibias, Panderos y otros instrumentos (en la imagen, el conocido Bardo con una especie de pandereta). Estos Ioculatores eran presentados también, en las villas de los romanos ricos y poderosos.
Durante estas jornadas musicales, llegaban de todas las partes del Imperio, varios "músicos virtuosos" que eran respetados y considerados en todo el Imperio, ya que la música era considerada como un importante espectáculo, haciendo que estos “músicos virtuosos” gozaran de condiciones y tratos muy especiales entre los romanos.
Numerosas familias patricias enviaron a sus hijos a las Escuelas de Música y de Danza, tradición iniciada por los Gracos (Tiberio y Cayo Sempronio) hacia el 110 A.C. También las mujeres romanas, tanto aristócratas como cortesanas, practicaron el arte de la música como cantantes e instrumentistas.
Los instrumentos solistas más utilizados en Roma eran la lira y la citara.
La lira, que era una especie de arpa, estaba hecha de madera y con diez cuerdas y es el primer instrumento al que la Biblia hace referencia. Su forma y tamaño variaba y su sonoridad era considerada como un signo de felicidad.
La cítara, es una variación de la lira siendo ésta más amplia y profunda que la otra, consiguiendo así tener más sonoridad.
Otro instrumento muy importante, tocado por los músicos más profesionales era el Aulos o biaulos, que tenía forma de flauta doble con agujeros y una lengüeta.
En el teatro, la música jugaba un papel muy importante. La Tibiae simple o doble acompañaba siempre a las partes cantadas de las obras y en los intermedios de los actos se ofrecían interludios musicales a cargo del Tibicen.
En cuanto a la música usada en el ejército romano, Servio Tulio (578-534 A.C) instituyó los grupos de músicos en las Milicias Romanas integrados por instrumentos de viento y con funciones específicas para las ceremonias y el combate. Aparecieron de este modo los Cornicem, artistas que tocaban el Cornu, y los Tubicem que tocaban la Tuba. A estos, hacia el año 400 a.C., se añadieron Flautas, Cornos y Trompetas de muy variadas formas y tamaños, así como otro tipo de instrumentos más peculiares como la Siringa (Syrinx) y el Lituo (Lituus).
A partir del desarrollo de múltiples actos militares, especialmente los más importantes, los romanos fueron añadiendo y utilizando otros instrumentos de viento de gran sonoridad tales como la Bucina, la Tibia, el Tympanum, el Scabillum, la Cymbala, los Crótala.
Aunque consideramos que la música romana se basa en la asimilación de la cultura musical de los territorios conquistados, sí hay algunas variaciones e improvisación. Con el tiempo las melodías y canciones son esenciales en todo lo público, desde las fastuosas celebraciones hasta el terreno educativo. Roma supo apreciar la música.
Tendréis que disculpar si no encontramos música totalmente adecuada para el vivo, pero os prometemos que lo hemos intentado y esperamos que al menos, sea agradable.
Si alguien puede aportar algo de música, sería bienvenida.
P.
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